Liderazgo social con perfume de mujer

Desde lo orgánico, las mujeres tenemos el potencial de ser madres. En lo social, necesitamos cultivar ese instinto. Así lo menciona Torkom Saraydarian en su libro La Mujer Antorcha del Futuro, donde asegura que una de las responsabilidades de la mujer en estos tiempos es aprender y enseñar las leyes del sacrificio y del servicio. En resumen, lo que el autor está queriendo expresar es que somos madres, que debemos tener el impulso innato de servir y sacrificarse, inspirando a las personas  para que se sacrifiquen unos por otros.
Este concepto se puede palpar en la realidad argentina, pues en el país hay actualmente más de 15.000 ONG reconocidas por el CENOC (Centro Nacional de Organizaciones de la Comunidad), y muchas de ellas están lideradas por mujeres que han organizado sus tiempos para poder atender las necesidades de sus familias y las de sus prójimos. ¿Por qué las mujeres toman este desafío como propio? ¿Qué papel desempeñan en los cambios sociales?

“La mujer debe tener un rol clave como líder social. Debe hacer oír su voz, su percepción de la realidad. Debemos estar comprometidas con nuestro presente y con la mejora de nuestro país. La educación es un aspecto clave de ello, y por eso decidí abocar todo mi esfuerzo y capacidad para contribuir desde el tercer sector a la creación de respuestas. Creo que la mujer tiene la obligación de ser un actor pleno en esta sociedad y asumir las responsabilidades que ello implica”, afirma Patricia Mejalelaty, directora de Fundación Leer (www.leer.org).

En sintonía con desarrollar el rol que le es dado, Mabel Bello, fundadora de ALUBA (www.aluba.org.ar), sostiene que su llegada al ámbito social fue accidental. “Empecé a trabajar anorexia y bulimia, y la cantidad de pacientes que se adhirieron al tratamiento fue tanta que ellos mismos se organizaron como una ONG. Mi participación fue en conjunto con los padres. Una cantidad tan grande de personas no podía administrarse por sí misma y para poder crecer y tener un cuerpo de profesionales se necesitaba una institución que nucleara el esfuerzo. El trabajo me dejó en claro que el poder que tiene la mujer es la sensibilidad social y el hecho de poder congregar gente que tenga los mismos objetivos.”

Rosario Arbeleche, Directora Ejecutiva de Río Pinturas (www.riopinturas.org.ar), reflexiona: “Creo que las mujeres tenemos esa fuerza interna que nos hace sentir que podemos con todo –aunque no siempre es así- y además nos gusta la acción, por lo que  supongo que estas características ayudan mucho. Desde lo personal, mi acercamiento a la Fundación se debió a la realidad de la cercanía a las personas con discapacidad, ya que mi cuñada tiene Síndrome de Down. Siempre me gustó la idea de formar parte de algún emprendimiento social y esta realidad personal hizo que pudiera llevar a cabo este deseo que siempre estuvo presente”.

Por su parte, Víctor Russo, director y creador de la Fundación El Pobre de Asís (www.elpobredeasis.org) aporta su visión masculina rescatando figuras históricas que han marcado tanto la vida nacional como mundial. “Evita, Teresa de Calcuta, Juana de Arco y más. Cada una a su manera y en lo suyo fueron las verdaderas protagonistas de los cambios que marcaron el fin de una época y el comienzo de otra. Indistintamente de la carga valorativa que tengan para nosotros esas líderes, resulta claro que en algún lugar, la mayoría esperamos –y reclamamos- de nuestras guías actuales, la entrega, el temple y el valor que signaron aquellos comportamientos, que, además, en la mujer, nunca estuvieron divorciados de la mirada maternal y fundamentalmente comprensiva, sobre todo, hacia los que más sufren.”

Mirada positiva
Cuando se habla del rol materno la palabra sacrificio surge frecuentemente, sin embargo, quien ejerce ese papel consciente de la demanda y con la energía puesta en salir adelante no siente sobre sus hombros el peso de la abnegación, sino todo lo contrario. Y eso se palpa cuando se analiza la manera en que ellas son atravesadas por los problemas. Ejemplo de esto es Leticia García, directora Ejecutiva de Fundación Flexer (www.fundacionflexer.org). “Trato de no focalizar en los obstáculos. Generalmente, cuando algo no se concreta, no lo considero un obstáculo. Cuando me propongo algo pienso que el no, a lo sumo, deja las cosas como están actualmente. Por eso, me centro en ver cómo lograr que las cosas sucedan de otra manera, si es que con la estrategia inicial no se logran. La manera de superar los obstáculos es tratar de seguir avanzando por caminos alternativos.”

Uno de los rasgos más favorables de las mujeres es la habilidad para trabajar en equipo y como esto ayuda a resolver la tarea de una manera más productiva. “Suelo sentirme más cómoda y más eficiente trabajando con otros y creo que eso también ayuda porque los éxitos y fracasos son de todo el equipo, eso genera una sinergia que permite seguir avanzando. Poner el foco en el objetivo, en los logros que estamos buscando suele darme muy buenos resultados”, agrega García.

Ser mujer también tiene el estimulante condimento de ser quien no solo lidera el cambio social, también lidera su casa, incluyendo la crianza de sus hijos. Y estas emprendedoras lo saben.

“La verdad es que si bien este es  un trabajo que te brinda mucho, también te demanda mucho. Trabajamos con personas para brindar atención a personas y eso requiere mucha dedicación. Por suerte cuento con mi esposo, nos ayudamos mutuamente para poder acompañar a nuestros hijos y rendir en nuestros trabajos.
Me levanto bien temprano, y llevamos a los chicos al colegio  y luego me dedico a la Fundación. Como hacen doble escolaridad, tengo tiempo y si tengo que trabajar hasta tarde nos arreglamos.
La realidad es que también la tecnología hoy nos brinda herramientas imprescindibles para que todo sea más fácil;  a veces lo presencial se hace difícil y la tecnología es una gran solución a este tema”, afirma Rosario Arbeleche.

Patricia Mejalelaty coincide: “Ser directora ejecutiva de una fundación es un gran compromiso y esfuerzo que se pone en práctica en el día a día. Como toda trabajadora, tuve que reorganizar mis tiempos pues siempre tuve en claro que la familia es una prioridad impostergable, especialmente cuando se tiene hijos. Desde la fundación ponemos especial énfasis en el rol de la familia en la educación de los hijos y como sé que esto es esencial, siempre traté de combinar mi trabajo con mi papel de mamá. Esto hace que el límite entre la oficina y el hogar no siempre estén tan claros. Las nuevas tecnologías son un aliado invalorable en el momento de planificar mi día y encontrar minutos en donde no los hay. Muchas veces resigné horas de sueño para poder cumplir con todo y con todos, pero es tan grande la satisfacción de la tarea cumplida, de saber que hay más chicos con libros en sus manos, que hay más escuelas con espacios de lectura, que hay más padres compartiendo un cuento por las noches con su hijo o hija, que todo esfuerzo es poco y todo sacrificio bien vale la pena. Si queremos un país distinto, tenemos que construirlo entre todos y ningún esfuerzo es suficiente cuando estamos hablando del futuro de nuestros  pequeños. Ellos nos necesitan y no podemos fallarles”.

En relación a la demanda laboral que exige el trabajo social Bello “no hay algo mejor que ver florecer la juventud. Se pasa de ser testigo de situaciones en donde la vida está muy complicada y hay falta de esperanza a ver que una persona se repone y se afirma en proyectos. Es una gratificación muy importante. A veces, pesa el trabajo y la complejidad, pero la gratificación llega al ver a la familia reunida, la mejor relación familiar, la salud aumentada  y todo eso en una edad tan importante como la de la juventud”.

Líderes, madres, esposas, amigas. Cada  mujer encierra dentro de sí una fuerza capaz de modificar al mundo, y estas emprendedoras sociales la han puesto al servicio de todos.

 

 

Fuente: http://www.paralelo32.com.ar/secciones/detalle.php?id=20303

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