Usan el arte para superar la discapacidad mental

La Fundación Río Pinturas promueve la autonomía e incentiva las destrezas laborales de las personas con estas dificultades.

Umural con venecitas de todos colores son la bienvenida perfecta a la Fundación Río Pinturas y un anticipo de la filosofía que aplican: trabajar desde lo que pueden hacer las personas con discapacidad. Ese mural y otro con manos pintadas fueron elaborados por los 45 beneficiarios de este Centro de Día y Espacio Laboral dedicado a personas con dificultades intelectuales.

“Se expresan más a través del arte que por lo que te pueden decir verbalmente. El nombre de la organización surgió porque en Santa Cruz está el Río Pinturas. Nuestra presidenta se encontró allí con la Cueva de las Manos y le transmitió el arte como herramienta de comunicación a su hija con discapacidad. Fue una inspiración”, explica María del Rosario Arbeleche, directora ejecutiva de esta institución que abrió sus puertas en 1997, con el objetivo de estimular a estas personas una vez que terminaban la escuela secundaria.

Un grupo de padres de hijos con discapacidad se unieron con el objetivo de crear un espacio para que ellos pudieran seguir desarrollando sus talentos y sintiéndose útiles. Es así que en el Centro de Día – que funciona de 9 a 17 – los concurrentes de 14 a 65 años realizan todo tipo de actividades: terapia ocupacional, arte, deporte, expresión corporal, actividades prácticas, cocina, informática y taller de pátinas, entre otras.

“Siempre buscamos lo mejor para cada persona. Queremos que generen los mayores grados de autonomía y por eso les enseñamos a cocinar cosas que después puedan preparar en su casa o en informática crean su mail, y aprenden a hacer un pedido online al supermercado o comprar entradas de cine”, dice Marta Massimino, directora pedagógica.

Las instalaciones son de primer nivel. Con paredes blancas, columnas y escaleras rojas, y un jardín que respira vida, cada cosa se encuentra en el lugar indicado para que los concurrentes puedan aprender, disfrutar y aumentar la autodeterminación. Reciben almuerzo y merienda, cada uno tiene un locker identificado con su nombre y usan el uniforme de la institución.

“La idea es que sean ellos los que generen actividades y no ser siempre los receptores. Porque en general, los adultos les hacen todo. Hay que trabajar con las familias para que no sobreprotejan tanto a sus hijos. Muchas veces no se esperan cosas de ellos y ellos tienen un montón de anhelos. Hay que empezar a escucharlos y generarles una vida propia”, agrega Arbeleche.

El área laboral funciona de 9 a 13 y participan 12 personas. Allí se llevan adelante tres tareas: bijoteurie, cocina (muffins, dulces de estación y pan rallado) y objetos de decoración con la técnica del mosaiquismo. “La calidad del producto tiene que ser igual a la de cualquier producto del mercado. Vendemos a través de nuestra página, Facebook, en la institución y en locales en consignación. También salen a vender las personas con discapacidad con catálogos casa por casa, en reuniones o eventos y se llevan un porcentaje”, explica Massimino.

El espacio ubicado en Martínez, provincia de Buenos Aires, está cedido en comodato por el Obispado de San Isidro y a futuro sueñan con que el centro laboral tenga un espacio aparte, con elaboración a la vista y venta al público. Los costos de cada concurrente lo cubren en su gran mayoría las prepagas y obras sociales, y reciben el apoyo de la municipalidad de San Isidro y la provincia de Buenos Aires, además de donaciones particulares.

Son cerca de 40 personas las que trabajan en el equipo de la Fundación Río Pinturas para asistir de manera profesional y personalizada a cada uno de los asistentes. ” La gente llega por referencia. Por la página, por Internet o por búsquedas de Internet. De la zona casi no vienen porque no estamos muy visibles. Nos pasó algo muy curioso. Osvaldo tenía treinta y pico y vivía en la esquina. Un día su madre se encontró con un profesional nuestro y un grupo de chicos que suelen salir por el barrio. Hacía 20 años que estaba buscando un lugar para su hijo con discapacidad. Estuvo con nosotros varios años”, recuerda Arbeleche.

En cuanto a las necesidades, solicitan la colaboración de voluntarios que quieran sumarse a los talleres asistiendo a profesionales o personas que ayuden a la institución en tareas de mantenimiento o comunicación. También los que quieran hacer donaciones mensuales para poder cubrir los gastos fijos y donación de materiales de arte como pinceles, bastidores y acrílicos.

“Es increíble todo lo que se puede hacer gracias al aporte de los demás. Hay muchas cosas que pensás que son imposibles pero después de alguna manera se hacen. El voluntario profesional es el que menos se busca y el que más aporta”, finaliza Arbeleche.

Para Liliana Tossino de Silva, una de las madres fundadoras de la entidad, su hijo Pablo de 44 años está contenido, contento y estimulado en este lugar. “El próximo sueño es el hogar para personas con discapacidad porque hay muchos que ya son grandes y nosotros también”, dice con el corazón abierto y sus manos siempre dispuestas a ayudar.

Para colaborar hay que ingresar a www.riopinturas.org.ar o llamar al teléfono (011) 4798-5999.

 

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1783960-usan-el-arte-para-superar-la-discapacidad-mental

 

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