El mejor regalo es la amplitud. El mejor presente para un joven con discapacidad.

 Por Ma. Angélica Campero, psicóloga de la Fundación Río Pinturas (www.riopinturas.org.ar).

Ideas para pensar cuál es el mejor presente para un joven con discapacidad.

A la hora de elegir un regalo podemos hacerlo desde distintos lugares. Pero cuando nos toca regalar a una persona con discapacidad lo mejor que podemos hacer es aprovechar la oportunidad para reflexionar. Pensar sobre cómo elegimos qué regalar y, poner en cuestión la lógica desde la que abordamos discapacidad. Muchas veces cuando tratamos este tema caemos una postura reduccionista y, pensamos que hay cosas que son “las que hay que hacer”, como si la respuesta fuese absoluta y dejamos de lado la perspectiva que contempla la singularidad de cada caso. Quedarnos con la idea de que hay ciertos objetos que son los apropiados para regalar en caso de que el agasajado sea una persona con discapacidad deja de lado su deseo, algo que va en la dirección opuesta a lo que buscamos cuando hablamos de integración.
A la hora de pensar en un presente, evitemos caer en el reduccionismo de pensar que ciertos objetos son los que están allí para ser regalados a las personas con discapacidad; pensemos que esta persona es una más en la sociedad. Al pensar en esa lógica, ya no se trata de qué es lo que puedo regalar a un discapacitado sino, de buscar aquello que en el trabajo con la discapacidad buscamos todos los días: que aparezca el sujeto y que se ponga en acto algo de elección y algo de deseo.
En el trabajo con la discapacidad, todos los días fomentamos la elección. Se trata de algo que queda muchas veces relegado puesto que es otro el que elige y otro el que decide.
Nosotros desde la Fundación trabajamos fuertemente en correr a la persona con discapacidad de este lugar en el que se borra el sujeto y se lo convierte en objeto. Muchas veces esta dinámica se da en las familias y nos encontramos con padres que sobreprotegen sin querer.
Podemos aprovechar la ocasión que nos lleva a hacer un regalo para regalar algo mucho más valioso que algo material: la posibilidad de hacer circular su voz y que ya no sea la persona con discapacidad relegada a que otro elija y otro decida. Usemos esta ocasión para dejar circular su palabra, escuchar lo que dice o lo que siente, sin caer en estigmas o prejuicios que marcan que el discapacitado no puede decidir. Trabajar sobre el desarrollo de la subjetividad y la circulación de la palabra, le permiten a la persona con discapacidad, adquirir herramientas que lo comprometan más a desarrollar su deseo. Esto es lo más rico en pos de lograr la integración, con estas herramientas y la manifestación de los deseos, los sí, los no, lo que le gusta y lo que no, la persona con discapacidad se desarrolla como sujeto.
Entonces ante una ocasión en la que queremos regalarle algo, regalémosle apertura desde lo mental para percibir y pensar cosas nuevas, construir un objeto común y trabajar juntos con esa persona con discapacidad.

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